Limpiar la casa sin cansarse es el sueño de todos nosotros. Reconozcámoslo: limpiar es algo que no le gusta a nadie, pero eso no quita que sea una tarea inevitable que hay que hacer al menos de vez en cuando.
El objetivo, por lo tanto, no es encontrar la manera de evitarlo (a menos que pueda permitirse una señora de la limpieza), sino facilitar al máximo este tedioso deber.
La pregunta es: ¿es esto factible? Y si es así, ¿Cómo debe hacerse?
Esta guía pretende explicar cómo limpiar la casa sin agotarse, desvelando algunos pequeños trucos y «secretos del oficio» que nos permitirán afrontar el momento de la limpieza de la casa con un corazón más ligero y sin sentirnos oprimidos. Si le interesa este tema, sólo tiene que seguir leyendo.
Limpieza de la casa: llevémosla con… ¡psicología!
Todos conocemos la sensación que tenemos cuando vemos una casa limpia, concretamente la nuestra: nos detenemos a admirar el trabajo que hemos hecho con orgullo y satisfacción, nos sentimos cansados pero orgullosos de nosotros mismos y, además, podemos regodearnos admirando nuestra casa limpia y reluciente de nuevo.
Todas estas son sensaciones maravillosas, pero el problema es que, para experimentarlas, hay que pasar por el calvario de la limpieza.
El truco, de hecho, es ser capaz de mantener la casa en orden ahorrando esfuerzo y tiempo, pero esto nunca sucederá si ni siquiera podemos encontrar la voluntad de empezar.
Afortunadamente, la psicología viene en nuestra ayuda: basta con modificar ligeramente nuestra forma de pensar, utilizando pequeños trucos mentales auto-motivadores, para encontrar de repente la fuerza para empezar a limpiar. ¿No nos cree? Pase a la siguiente sección.
Los seis trucos psicológicos para encontrar la voluntad de limpiar
A continuación, vamos a enumerar seis pequeños trucos psicológicos que pueden ser muy útiles para ayudarnos a encontrar las ganas de limpiar. Algunos de ellos son tan singulares que realmente le sorprenderán.
Empecemos de inmediato con un concepto que puede parecer trivial y obvio, pero que en realidad no lo es: no hay que querer limpiar para limpiar.
- Esto puede parecer absurdo, pero en realidad es cierto: no es necesario que tengas ganas de limpiar la casa, sólo tienes que hacerlo. Así que levantémonos del sofá y pongamos manos a la obra, queramos o no.
- Programar la limpieza de nuestra casa, dividiéndola en tareas más pequeñas, puede ayudarnos enormemente a facilitar nuestra tarea: por ejemplo, podemos reservar una hora del lunes para limpiar la cocina, mientras que podemos dejar fácilmente la limpieza del baño para el día siguiente.
Un truco para que esta solución sea aún más efectiva es permitirnos pequeñas recompensas después de haber completado la tarea:
¿Un ejemplo? Limpiar el baño nos parecerá mucho menos tarea si lo hacemos pensando que, una vez hecho, ¡saldremos a hacer la compra!
- Si, curiosamente, nos encontramos con ganas de limpiar, por ejemplo, porque notamos que hay polvo en las estanterías y sentimos la necesidad de quitarlo, adelante. No nos hagamos perezosos sólo porque no hayamos planeado limpiar en ese momento: al contrario, activémonos y limpiemos, para no tener que hacerlo cuando se nos hayan pasado las ganas.
- Si, por ejemplo, sabemos que sólo tenemos un cuarto de hora para quitar el polvo de las estanterías, y el temporizador está sonando, nos encontraremos quitando el polvo rápidamente para cumplir el horario. Esto no significa hacerlo mal sino, por el contrario, aprovechar esos quince minutos para hacerlo lo mejor posible, con la certeza de que todo acabará pronto.
- Si tenemos la posibilidad, podemos y debemos facilitar la tarea de la limpieza recurriendo a una ayuda externa: puede ser la señora de la limpieza (para los que se lo puedan permitir), la lavandería o, por qué no, incluso una ayuda más tecnológica como el robot limpiador. No hay absolutamente nada malo en admitir que necesitas ayuda o simplemente complacer un poco tu pereza delegando algunas tareas en otras personas (o máquinas).
- Un último truco que puede ser muy útil es hacerse una sencilla pregunta: ¿tengo que limpiar? No, esta no es la mejor manera de satisfacer nuestra pereza. Por el contrario, a veces puede ser un verdadero bálsamo que nos hace sentir menos culpables y, sobre todo, evita que cometamos el error de sacrificar mejores actividades para dedicarnos a limpiar la casa.
¿Un ejemplo? Está bien planificar, pero si el domingo que pensábamos dedicar a la limpieza resulta ser un hermoso y caluroso día de verano, sería una pena privarnos de la alegría de salir y quedarnos en casa para limpiar.
Aunque, por una vez, dejemos la casa un poco menos reluciente, no será un desastre y no habremos desperdiciado un precioso domingo de verano.
Estos son, pues, los seis trucos de automotivación con los que la psicología acude en nuestra ayuda para convencernos de llevar a cabo la limpieza del hogar.
Sin embargo, también hay métodos más prácticos e inmediatos que pueden facilitar mucho este tipo de tareas. En el siguiente apartado hablaremos de ellos.
Cómo limpiar la casa con facilidad: trucos y secretos para ahorrar tiempo y energía
En el apartado anterior hemos tratado la limpieza de la casa desde un punto de vista puramente psicológico, ilustrando seis pequeños trucos de automotivación que pueden ser realmente útiles.
En este, sin embargo, veremos el tema desde un punto de vista más práctico, desvelando una serie de trucos cuyo objetivo, sin embargo, es facilitar al máximo la limpieza del hogar. Veamos cómo.
Tres hábitos saludables que hay que mantener para facilitar la limpieza del hogar
A continuación vamos a enumerar tres hábitos saludables que, si los mantenemos con regularidad y constancia, nos permitirán limpiar la casa en poco tiempo gracias a que siempre lo hacemos. ¿No es un concepto muy comprensible? Lo tendrá más claro después de leer nuestra lista.
- Un método que nos permite evitar las molestias de las grandes limpiezas es, sencillamente, limpiar la casa todos los días. Esto parece una broma, pero en realidad es un concepto muy sencillo, que también se puede traducir en evitar ensuciar la casa.
- Evitar que las gotas del grifo manchen el fregadero, lavar los platos cada vez que los usamos y hacer siempre la cama son pequeños hábitos saludables que, si se mantienen a diario, pueden ayudarnos mucho. Prestar atención a lo que se cae al suelo, recogerlo y limpiarlo inmediatamente si es necesario, también puede ser algo bueno, que nos permita lavar los suelos sin esfuerzo después.
- Mantener la casa en perfecto orden es otro hábito saludable que forma parte de los trucos para limpiar la casa más rápidamente y con menos esfuerzo: una casa ordenada es objetivamente más bonita que una desordenada y sólo la satisfacción de vivir en un entorno estéticamente agradable debería ser suficiente para hacernos prestar atención a no dejar cosas tiradas.
¿Ha pensado alguna vez en la posibilidad de escribir un calendario de limpieza? Es una idea muy útil, ideal para planificar lo que tenemos que hacer día tras día o semana tras semana, lo que simplificará enormemente nuestro trabajo.
Como vemos, por tanto, siguiendo estos tres hábitos saludables, es posible mantener la casa limpia y ordenada a diario. De esta forma, cuando hagamos la limpieza propiamente dicha, el trabajo será mucho más fácil y rápido.
Limpiar sin esfuerzo: consejos para los perezosos
Los trucos psicológicos y el mantenimiento de hábitos diarios saludables son sin duda útiles, pero ¿Qué hacer cuando uno se siente realmente perezoso y el mero deseo de limpiar la casa le hace sentirse mal?
Pues bien, incluso en este caso hay una serie de trucos que pueden ser muy útiles, pensados específicamente para que esta tarea sea lo menos pesada posible. Veamos cuáles son.
- Cuando tengas que quitar el polvo, una idea es hacerlo con las toallitas que se ponen en la secadora para perfumar la ropa: gracias a sus propiedades antiestáticas, de hecho, no sólo mantendrán el polvo, sino que evitarán que se vuelva a formar. ¡Fácil y ecológico!
- El aire acondicionado no sólo sirve para refrescar la casa: con un ambientador colocado encima, también puede ser un excelente ambientador automático.
- Puede limpiar su horno microondas desde la comodidad de su sofá. ¿Cómo? Basta con poner una taza de mitad de vinagre blanco y mitad de agua en el microondas y dejarla cocer durante tres minutos. El vapor que desprende disuelve la suciedad y elimina las bacterias. Todo lo que se necesita es una rápida limpieza con esponja sobre el resto de las superficies.
- El truco del vinagre también funciona para el lavavajillas. Sólo hay que poner la taza (esta vez sólo con vinagre) en cualquiera de sus estantes y dejar que el aparato se limpie solo.
¿Por qué molestarse en limpiar la ducha cuando puedes rociar el detergente y ponerte bajo el relajante chorro caliente? Y mientras nos deleitamos con el agua, la ducha se limpiará.
¿Está el teclado de su ordenador tan sucio que se ha convertido en una metrópolis de gérmenes y bacterias? Sólo hay que meterlo en el lavavajillas. Sí, se puede: y los resultados serán extraordinarios.
Conclusión
Hemos llegado al final de esta guía sobre una de las tareas más tediosas del mundo: la limpieza de la casa. Como hemos descubierto, hay formas de evitar que la limpieza se convierta en un temido coco que hay que aplazar lo máximo posible (si es que no se evita).
Si seguimos los trucos psicológicos y el pequeño escamoteo que hemos sugerido para hacerlo menos pesado, la limpieza de la casa aparecerá de repente bajo una luz diferente y nuestra casa volverá a brillar y relucir sin perder un tiempo y una energía preciosos.
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